Comunicado de Prensa

En relación a la decisión de Rodrigo Cortéz, Juez del Tribunal de Garantía de Viña del Mar de acoger la revocación del segundo año de cárcel efectiva de Gonzalo Rojas, condenado por la muerte de Pablo Asencio bajo la Ley Emilia, declaramos como Fundación Emilia Silva Figueroa Víctimas de Accidentes que:

  1.   El delito de fuga está tipificado por separado de la conducción bajo estado de ebriedad dentro del articulado de Ley Emilia, por lo tanto se establece un año de cárcel efectiva por ese delito.
  1. Emplazamos al Ministerio de Justicia y a los Senadores que compusieron la Comisión de Constitución y Justicia del Senado a que den cuenta a las víctimas y a la sociedad en general por qué los tribunales de la república interpretan, según criterios no definidos claramente, una ley que tuvo como principal objetivo “entregar garantías de justicia” a las víctimas.

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Seminario «Formación ciudadana y seguridad vial: desafíos de la sociedad contemporánea»

El Martes 13 de Octubre, en el marco de la Semana del Autocuidado de la Facultad de Economía y Negocios de la Universidad de  Chile se realizará el Seminario «Formación ciudadana y seguridad vial: desafíos de la sociedad contemporánea» organizado por Fundación Emilia, Mutual de Seguridad y la Facultad de Economía y Negocios de la Universidad de Chile.

Las exposiciones estarán a cargo de Carolina Figueroa, Presidenta de la Fundación Emilia y Pedro Aravena, Asesor Legislativo de la Subsecretaria de Previsión Social.

Cabe destacar esta instancia, considerando que los siniestros viales son una de las primeras causas de muerte y lesiones entre el grupo etario de 15 a 29 años de edad, siendo la mitad de estas personas «usuarios vulnerables de la vía pública», vale decir peatones, ciclistas y motociclistas.

En pleno Decenio por la Seguridad Vial (2010-2020), el llamado a la prevención y el autocuidado puede generar un cambio en la cultural vial nacional, identificando medidas que mitiguen la incidencia de los cinco factores de mayor riesgo: el exceso de velocidad, la conducción bajo los efectos del alcohol o sicotrópicos, el uso del casco en las motocicletas, la utilización del cinturón de seguridad y el empleo de instrumentos de anclaje o sujeción en los niños.

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“Mi hija terminó el día más feliz de su vida muerta por culpa de un criminal borracho”

Uno de los momentos que más atesoran las familias son las licenciaturas de cuarto medio de sus hijos e hijas, pues representan el término de una etapa y el inicio de otra llena de sueños. Cynthia Esparza y su gemela Massiel tuvieron esta ceremonia en su liceo de Temuco un 1 de diciembre del 2001, pero a las pocas horas, la alegría de la familia se terminó. La joven de 17 años fue atropellada mientras esperaba un taxi junto a sus compañeros luego de un asado, falleciendo en el lugar.

El criminal conducía su camioneta con 2,45 gramos de alcohol en la sangre, llevando cajas de vino en el asiento del copiloto y portando documentos posiblemente  adulterados, pues en noviembre, y tras ser encontrado conduciendo en estado de ebriedad, la justicia le quitó su licencia.

Este es el doloroso relato de su madre, la Señora Sonia Morales,  quien revive estos años de búsqueda de justicia y de luchar por mantener viva la memoria de Cynthia, mientras se aferra a la secreta esperanza de que ninguna otra familia deba pasar por el dolor que ellos enfrentan día a día.

“Mi hija terminó el día más feliz de su vida muerta por culpa de un criminal borracho”

“Mis hijas el 1 de diciembre del 2001 se licenciaron de Cuarto Medio. Cynthia, mi lola a la que mataron tenía una gemela, Massiel, que sobrevivió al accidente.

Esa tarde habían ido a la casa del papá de una compañera que hizo asado de cordero para celebrar la licenciatura y después de eso, salieron hasta la carretera en grupo para tomar un taxi y venirse de regreso a la casa. Vieron un taxista que venía en sentido contrario que les dijo que daría la vuelta en U para recogerlas, justamente para darle el paso al auto que venía, pero en eso el vehículo los atropelló y me quitó a mi hija.

Ella falleció instantáneamente según me dijeron porque se golpeó muy fuerte la cabeza. La gente de las casas y los departamentos que estaban cerca acudieron a ayudar, pero quien venía manejando trató de escapar y no hizo nada para saber si podía salvarle la vida.

Una de las amigas me llamó y me dijo que mi hija había tenido un accidente y que llevara agua. Pensé que se había incendiado algo con el asado y partí junto a mis hijos mayores con botellas con  agua, pero cuando llegué allá había mucha gente, bomberos y carabineros y me quedé sin entender nada hasta que un carabinero se acercó y me dijo que me fuera al hospital para verla. Recién ahí supe que todo eso era a causa de mis hijas, aunque no era verdad que estuviera grave, sino que ella seguía tirada en el piso muerta porque recién a las 4 am levantaron su cuerpo, antes no se pudo pues no había un fiscal disponible.

Cynthia Esparza

Massiel no tuvo lesiones en el atropello afortunadamente, pues no sé cómo podría haber seguido viviendo sin mis dos pequeñas, pero otro amigo que las acompañaba estuvo en coma por un mes y otro chico terminó con un brazo fracturado y muchas heridas. Tuvieron suerte si se puede decir “suerte” porque era un grupo de 9 personas, o sea, podría haber sido mucho peor y terminar todos muertos.

Gastón Tagle, el hombre que me mató a mi niña  se quiso dar a la fuga. Después, en el proceso en tribunales, él se defendió diciendo que no había sido su culpa, sino que los chicos se tiraron encima de la camioneta, lo que no es cierto y más encima, no quería reconocer que venía con 2,45 gramos de alcohol en la sangre y hasta con cajas de vino dentro de la camioneta.

Esta persona tenía una sentencia del 15 de noviembre por conducir en estado de ebriedad, es decir, no debería haber estado manejando porque no tenía su licencia, pero cuando le quitó la vida a mi hija sí tenía sus documentos. Le pregunté esto que para nosotros fue tan horrible a Rodrigo Mena, que era el fiscal que en ese tiempo llevaba nuestra causa y me dijo que los únicos autorizados para que hayan hecho algo al respecto y ayudarlo eran los jueces así es que por ahí debe haber pasado algo como para que este señor pudiera manejar igual, a pesar de haber cometido un delito.

Para mí todo esto fue tan injusto, que comencé mi propia campaña mandando cartas a todas partes, incluso a los diputados y senadores desde esa fecha, el 2001 para que se cambiara esa ley porque la consideraba tan injusta, pero nadie me hizo caso.

A este hombre le dieron apenas 5 años de presidio y al final, salió libre a los 2 años y medio por buena conducta y como por si fuera poco, estaba en pensionado de la cárcel y no en una celda común, porque hasta en eso hacen diferencias y no los tratan como los verdaderos delincuentes que son.

Ni cuando fue el atropello ni cuando estuvo en la cárcel ni ahora que está libre, jamás hemos recibido ninguna palabra de arrepentimiento, un gesto de pedir disculpas ni suyo ni de su familia. Él puede disfrutar con sus seres queridos y a mí me queda sólo mirar fotos y hacerme a la idea que nunca más la podré abrazar, es más, cada vez que veo a Massiel, espero que entre mi hija Cynthia a la casa y eso es terrible, la recuerdo a cada instante.

No puedo ni siquiera dimensionar lo que vivió su gemela, ellas dormían en la misma pieza, iban al mismo colegio, usaban la misma talla de ropa y era tan difícil diferenciarlas que al final optamos por decirles simplemente gemelas y no sus nombres. Mi hija quedó destrozada y yo tan mal que tampoco podía sostenerla.

Cuando ella falleció yo no lo podía creer, pero a la vez fue bonito porque vino tanta gente a la casa, sus compañeros, amigos y profesores para hablarme de lo buena que fue mi Cynthia, incluso, me llegó una carta de la Ministra de Educación de la época lamentando su muerte. Eso lo atesoro hasta el día de hoy porque es una ayuda para mí para que nadie olvide los 17 años que la tuvimos con nosotros.

Cada día para mí levantarme es un sacrificio, pero a la vez es un logro porque todavía sigo con psiquiatras y psicólogos. No estoy bien… hay semanas en que un día me siento con ánimo y en los otros sólo lloro y quisiera tenerla conmigo. No me da el ánimo ni para salir a la calle, porque la gente cree que como han pasado varios años la pena se me debería pasar y no es así; sigo dependiendo de pastillas para dormir o si no es imposible. Mi familia desde ese día se rompió y siempre nos va a faltar ella, es irreemplazable.

Ahora, después de tantos años de pedirlo, veo que está la Ley Emilia que para mí es un gran avance, pero siento que las penas deben ser mayores. Los que no están de acuerdo con eso es porque o toman y manejan, o no han pasado por la pena que tenemos en mi familia y por eso no lo quieren entender. Un buen ejemplo sería que a la primera multa por conducir en estado de ebriedad se les quite para siempre su licencia de conducir, sin importar si causó o no un accidente, porque ya se ve que son unos irresponsables.

Pagar una multa o tener reclusión nocturna no es suficiente, porque nada de eso llena el vacío de perder a un familiar que amas o de vivir con temor a tener nuevamente un atropello o un choque cuando uno no tiene la culpa.

Yo les diría a todos que antes de tomar una copa, piensen si es necesario manejar, porque con sólo hacer eso, pueden convertirse en asesinos. Es mentira eso de “curado manejo mejor”, pero la gente le hace el quite y no lo quieren entender. Ellos pueden chocar, quedar mal o incluso morir también, pero ¿ y si no es así?, ¿ y si a los días ya pueden estar con sus familias y a nosotros nos dejan sin nuestros hijos?. Es cruel y nunca me voy a poder recuperar de esto y seguiré denunciando y apoyando para que nadie más pase por lo mismo.

Macarena Benítez Espinoza.

Periodista Fundación Emilia Silva Figueroa, Víctimas de Accidentes.

“Yo lo perdoné, pero vivo con el temor a que cause más muertes y dolor”

Verónica Reyes Riquelme, de 53 años sufrió un vuelco en su vida en mayo del año 2014. Un crimen vial, causado por un joven en estado de ebriedad que chocó el auto en el que viajaba junto a otras dos personas, no sólo le arrebató a su gran amigo, sino que la dejó con hemiplejia y requiriendo de la ayuda de terceros hasta para las tareas más simples.

Su trabajo como una reconocida orfebre y su diario vivir como una mujer alegre y dinámica se truncó. Los informes médicos indican que Verónica quedó con 2/3 de discapacidad, lo que le impide volver a trabajar. Este lapidario diagnóstico se suma a las dolorosas y costosas terapias de rehabilitación, mientras el culpable, un joven universitario, sólo recibió como castigo la suspensión de su licencia de conducir de por vida.

“Yo lo perdoné, pero vivo con el temor a que cause más muertes y dolor”

“La noche del 1 de mayo del 2014, pasadas las 04 am,  íbamos en un auto con mi amigo Carlos González  (43 años)  y mi ex pareja Gustavo Mora transitando por Eliodoro Yàñez con Los Leones en Santiago cuando se nos cruzó un auto a toda velocidad donde iban dos hombres jóvenes, el conductor era Andrés Goycoolea (20 años). Yo viajaba de copiloto y como el choque fue a un costado, quedé muy mal herida y quedé inconsciente.

Estos dos jovencitos venían de una fiesta e iban ebrios, borrachos y eso que eran estudiantes de la Universidad que uno podría pensar que son más conscientes, pero no, esa noche manejaron así de borrachos y  mi amigo Carlos sólo resistió 12 días  a todas esas lesiones y luego murió.

Después del choque,  me llevaron al hospital El Salvador y después fui trasladada por mi familia a la Clínica Alemana. Cuando llegué allí mi diagnóstico era la muerte casi segura por un politraumatismo con traumatismo encefalocraneano. No morí, pero por el infarto cerebral y las lesiones quedé con problemas hasta ahora y que son difíciles de sanar, yo no sé si algún día podré recuperarme. Fue todo tan terrible que debieron abrir mi cabeza y sacar huesos para descomprimirme.

Estuve hospitalizada por tres meses y dos semanas en la UCI y ahora mi recuperación es en casa.  Además de mis lesiones y secuelas donde necesito ayuda para casi todo, estoy con psicólogo y kinesiólogo y terapeuta ocupacional para tratar de recuperar mi vida, pero ha sido todo muy difícil y doloroso no sólo para mí sino que para mi familia que ven la diferencia entre quien yo era y quien soy ahora con esta hemiplejia del lado izquierdo.

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La justicia ha sido mala e injusta con nosotras y con muchos otros casos. No hay avances y cada fin de semana hay más y más noticias de este tipo. Yo esperaba que a él lo metieran preso por asesino y por todo lo que nos arrebató. Tengo pena y rabia porque cada vez que veo eso en la televisión recuerdo lo que nos pasó y que me dejó sin  poder caminar, sin poder mover la mitad de mi cuerpo y necesitando ayuda para casi todo

Nunca hubo una petición de disculpas o perdón de parte del conductor ni de su acompañante ni para mí ni para la familia de mi amigo, pero a pesar de todo lo que he pasado, yo ya lo perdoné.

1393712_537333529690702_1815975515_n«Los costos emocionales han sido altísimos y los financieros también y en nada de eso hemos tenido ayuda. Yo ya no puedo trabajar más… imagine lo que duele si soy orfebre, yo creo con mis manos y eso ya no lo podré volver a hacer por culpa de otra persona».

Mi mamá debió venirse desde Uruguay  y dejar todo botado allá para cuidarme y además, tuvimos que ver una cuidadora porque lo que antes hacía, ya no puedo hacerlo por mi cuenta.

Es una excelente labor la que se realiza con la Fundación Emilia y con otras organizaciones porque nos ayudan a que los sobrevivientes no quedemos desamparados y nos acompañan en buscar justicia y darnos algo de tranquilidad, porque por lo menos yo, sigo pensando que esta persona puede volver a cometer un crimen como este porque no hubo un castigo justo, solo le quitaron la licencia de por vida, pero no era suficiente. Es penoso que los ebrios no tomen consciencia, pero es peor que no haya un castigo social y que se  justifique que alguien maneje con trago.

Cada noche tengo miedo, cada vez que alguien de mi familia sale, tengo miedo de que los vayan a chocar, que los vayan a atropellar y que les pase lo que me pasó a mí porque aunque ellos sean responsables, hay gente en la calle que no lo es y que te trunca la vida como lo hizo este  muchacho conmigo. Yo lo perdoné, pero no sé si volverá a manejar y matar a alguien más».

 Ver  Informe Medico Verónica Reyes Junio 2014  emitido por la Clínica Alemana

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A un año de la Ley Emilia: un camino a una ciudadanía responsable de sus comportamientos en los espacios públicos.

A las pocas horas de tener la certeza de que Emilia nos dejaba y partía al cielo, el 21 de enero del 2013, sus familiares y amigos cercanos iniciaron –en medio de un dolor inexplicable ante su partida- una campaña ciudadana en medios de comunicación y redes sociales, destinada a denunciar la escandalosa impunidad que perjudicaba a las víctimas de conductores bajo estado de ebriedad. A partir de dicho hito, se inició un movimiento ciudadano, llamado Ley Emilia, que integró a un conjunto de familias de víctimas de crímenes viales, las cuales fueron apoyadas por gran parte de la ciudadanía. De esta forma, juntamos entre enero y marzo del 2013 casi 40.000 firmas, con personas que se congregaron libremente desde Arica a Magallanes, las cuales fueron presentadas en marzo a la Cámara de Diputados. Además evidenciamos un apoyo ciudadano en las redes sociales y en la calle, todo lo cual animó esta propuesta de carácter social que pedía terminar la evidente impunidad reinante, solicitando una legítima exigencia de Justicia.

 

El primer paso fue contactar a la bancada del PC-IC, la cual a los pocos días acogió esta demanda de justicia. De esta forma, nos reunimos con los Diputados Hugo Gutiérrez y Sergio Aguiló y la abogada Julia Urquieta, quienes osn ayudaron a dar vida a las bases legales y jurídicas del primer proyecto. Este postuló un alza de las penas aplicadas a los responsables de este tipo de crímenes, instancia que luego fue patrocinada por diputados de diversas bancadas (UDI, RN, Amplitud, DC, PR, PPD y PS).

 

En marzo del 2013, se inició el complejo proceso de tramitación de la Ley Emilia. Contamos con el apoyo de la sala de la Cámara de Diputados y de la Comisión de Transporte de dicha instancia, expresado en sendas mayorías en las diversas votaciones que existieron, además del apoyo del poder ejecutivo de la época. A su vez durante el 2013, se dio una fuerte resistencia de algunos senadores y una senadora, las cuales postularon que el mencionado proyecto “atentaba con el sano régimen de proporcionalidad de las penas”. Debido a este fuerte debate, incomprendido por buena parte de la ciudadanía que entendía la razonabilidad básica de lo que se solicitaba, el proyecto se cayó, luego del rechazo de la Cámara Baja al Informe de la Comisión Mixta, situación que fue solicitada por las familias de víctimas que no podían aceptar un proyecto, defendido por los senadores de la Comisión de Constitución, que en la práctica dejaba las cosas tal cual, sin verdaderas modificaciones, calificada popularmente en redes sociales como “Ley Vale Otro”.

 

El 21 enero del 2014, a un año de la partida al cielo de Emilita, con el apoyo nuevamente de partidos de diversas tendencias, familias de víctimas y un número relevante de la ciudadanía, se presentó un segundo proyecto, el cual acogió algunos de los postulados del debate del año anterior, pero que en lo central se focalizó en darle derecho a las víctimas, sin atentar con las instancias penales de los y las procesadas. En marzo del 2014, con el ánimo de mejorar el debate, un grupo de senadores presentó un proyecto similar, que dejó estancado el trámite parlamentario. Todo tuvo un nuevo avance, por medio del mensaje del 21 de Mayo deñ 2014 de La Presidenta Michelle Bachelet, que permitió unificar ambas iniciativas. Agradecemos además las gestiones del entonces Ministro de Justicia José Antonio Gómez, quien aseguró el piso mínimo de un año de cárcel efectiva para los culpables de delito de manejo en estado de ebriedad o sustancias psicotrópicas, acogiendo además una idea del Senador Francisco Chahuán de sumar un año extra de cárcel efectiva, para quienes tomaban la cobarde acción de fugarse, legislación conicida como “del buen samaritano”.

 

Así orientadas las cosas el 17 de septiembre del 2014, vio la luz la llamada Ley Emilia. El nuevo corpus legislativo, generó una conjunto de garantías a las víctimas, ya que los responsables del manejo en estado de ebriedad o bajo la influencia de sustancias psicotrópicas, cumplirán como mínimo al menos un año de cárcel efectiva, a lo que se agregó un segundo año de cárcel efectiva para quien tomaba la cobarde e irresponsable acción de fugarse del lugar. Todos los juzgados responsables de este delito cumplen hoy con cárcel efectiva.

 

Las cifras de este año de vigencia de la Ley Emilia, hablan de una disminución por este tipo de crímenes, como dejamos de manifiesto en la siguiente tabla:

 

Durante año de vigencia Ley Emilia Porcentajes
Fallecidos por conductor con alcohol -19.9%

Lesionados Gravísimos por conductores con alcohol

-8.2%
Lesionados Graves -21.8%
Lesionados Leves -11.1%

Fuente: Carabineros de Chile. Confección Fundación Emilia

 

Como vemos expresado en la Tabla presentada, todos los indicadores, en este primer año de vigencia de la Ley Emilia, han bajado de forma relevante. Estos registros, si bien no se celebran ya que hay vidas mutiladas para siempre, nos hablan de que la mayor parte de la ciudadanía comprendió el mensaje que buscó transmitir la Ley Emilia: separar definitivamente el alcohol y sustancias psicotrópicas de la conducción, sin por ello atentar en contra de las libertades y derechos ciudadanos. Además los mencionados indicadores, nos permiten vislumbrar, el despertar de una nueva cultura vial, donde se respeten los deberes en los espacios públicos, consolidando así los derechos de una ciudadanía más responsable y fiscalizadora de sus acciones en la plaza pública.

 

Pero este primer año, nos permite plantear algunos postulados y acciones urgentes que estimamos que se deben desarrollar, entre autoridades públicas y organizaciones ciudadanas, en el marco de relaciones horizontales y no un encubierto paternalismo.

 

  1. Homologar el estado de ebriedad a la influencia del alcohol.

La Ley Tolerancia Cero logró una baja de dicho registro, pero sigue siendo el 0.8 el más alto de toda Latinoamérica, en un país que tiene el consumo de alcohol más alto de Latinoamérica (9.7 litro promedio anual por persona). Por eso como Fundación Emilia. Víctimas de Accidentes, junto con un conjunto amplio de familias de víctimas de conductores bajo la influencia del alcohol que han quedado impunes (como emblemático caso de Juana Ruiz y Karen Meza), promoveremos en los primeros días de octubre de este año 2015, un proyecto que termine con esta inexplicable diferencia, bajando el indicador único de 0.3, como tienen la mayor parte de los países de la OCDE y buena parte de los países en Latinoamérica (México 0,25; Brasil 0,0; Uruguay 0,0). Esperamos contar nuevamente con un fuerte y decidido apoyo de la ciudadanía, ya que en encuestas realizadas por nuestra insitución se ha indicado que esta iniciativa cuenta con un apoyo de más del 90% de los encuestados. Además esperamos contar nuevamente con el aval de parlamentarios de diversas bancadas, y eperamos que en el desarrollo del proceso legislativo, podamos contar también con el apoyo del poder ejecutivo.

 

  1. Mejorar la calidad de los controles que realiza Carabineros.

Nadie puede negar que el Programa Celo Alcohol de Senda de la actual administración, ha aumentado sutantivamente la cantidad de controles, y que ello a redundado en que se han podido sacar de la vía pública a más conductores, que contra toda evidencia empírica, racional y publicitaria, todavía manejan con alcohol. Sin embargo, no basta con ello. En primer término se deben usar alcotest presenciales, que complementen los ya existentes, pero que eliminen el trámite de la alcoholemia como instrumento de prueba en tribunales, donde se han detectado demoras preocupantes. Además con esta medida, que no significa un gasto relevante para el presupuesto del Estado chileno, aumentaría el tiempo de control de carabineros en las calles, ya que no perderían tiempo en trasladar a un imputado a practicarse las alcoholemia en el recinto hospitaliario. Como indica la evidencia internacional, el aumento de la cantidad de horas de presencia de carabineros fiscalizando en las calles utilizando mejores instrumentos, redundaría en que más personas disminuirán la conducta temeraria de manejar con alcohol.

 

Además resulta inexcusable que todavía –promesa realizada desde el 2006 con la Reforma Procesal Penal- el Estado de Chile no se decida a comprar y aplicar narcotest, equipo que mide las drogas que son penalizadas por la Ley Emilia. Resulta difícil entender una demora de 12 años[1] en tomar una medida de política pública tan básica. Existen empresas privadas en Chile, que los usan en diversas instancias laborales y estos mecanismos además son utilizados en países vecinos de Latinoamérica (Uruguay), además de los aglutinados en la OCDE. Un narcotest cuesta en promedio 10 USD, es decir con $14.500.000 se pueden comprar y habilitar 2000 narcostest en todo Chile, lo cual mejoraría la capacidad de fiscalización, sin atentar en contra de las libertades individuales, potenciando así la acción que con tanto esfuerzo y compromiso hace Carabineros de Chile.

 

  1. Acelerar un conjunto de proyectos sobre seguridad vial.

Hay un grupo amplio de proyectos, tanto de iniciativa parlamentaria como del ejecutivo, que no han avanzado todo lo rápidamente que las problemáticas involucradas merecen. El proyecto de disminución de la velocidad en zonas urbana (Ley C.A.T.I.), el proyecto que sube las penas a los crímenes viales por exceso de velocidad, el proyecto sobre mejores sistemas de seguridad para niños en el transporte interurbano, entre otros, son proyectos que apuntan a mejorar la seguridad en el transporte público, conformando iniciativas que merecen un despacho más atento y acelerado por el Congreso. Ninguno hasta la fecha ha pasado al Senado, algunas iniciativas llevan más de un año en la Comisión de Transporte de la Cámara Baja. Creemos que el ritmo y urgencia que merecen dichas iniciativas, amerita que sean tomadas de forma dedicada y seria, para que todas puedan llegar a ser leyes en el corto plazo.

 

  1. Vincular la formación ciudadana a la seguridad vial.

Una de las políticas públicas que ha tenido éxito en este tipo de problemáticas, en países como Francia, Japón y el Reino Unido, es asociar a la formación ciudadana –que se da desde los jardines hasta las Universidades- con temas de seguridad vial. Esto implica entender a la seguridad vial como una política pública integral multidisciplinaria, basada en un conjunto de deberes y derechos, que ayudan a conformar a una ciudadanía más responsable de sus comportamientos en los espacios públicos. Invertir más en prevención, con campañas en medios de comunicación, redes sociales, en todos los niveles de la enseñanza -con el apoyo de organizaciones ciudadana, siempre y cuando la relaciones sean horizontales y no paternalistas- permite movilizar a todas y todos quienes vivimos en sociedad, aglutinándonos para evitar tanto dolor, con acciones simples de fiscalización, como por ejemplo el uso del celular para dejar grabados comportamientos indebidos de conductores, ayudando así a disminuir el número de muertos y heridos por este tipo de acciones.

 

Se pueden hacer muchas y permanentes acciones en conjunto, Estado y ciudadanía, para mejorar el actual escenario de cosas, que ha cambiado positivamente con Tolerancia Cero, Cero Alcohol y Ley Emilia. Nuestra propuesta es promover de forma conjunta e integrada una nueva cultura vial, la cual geste a una ciudadanía más responsable y fiscalizadora de sus comportamientos en los espacios públicos.

 

Fundación Emilia Silva Figueroa

Víctima de Accidentes

 

[1] Un detalle más exhaustivo sobre esta temática ver http://www.elquintopoder.cl/ciudadania/la-implementacion-de-narcotest-en-chile-cronica-de-una-larga-espera/

«Sus hijos quieren tener vacaciones e ir a verlo al cielo»

Mientras el país se paralizaba a la espera del partido final de la Copa América, un joven repartidor de pizza perdía la vida tras ser chocado. El autor del delito (que manejaba una camioneta robada) huyó del lugar de los hechos y Carlos Poblete (31 años) murió en el mismo lugar sin recibir ayuda de su victimario.

2 pequeños hijos de 10 y 5 años hoy lloran la partida de su padre, quien para buscar un mejor pasar para su familia, mantenía dos trabajos desempeñándose en las mañanas como chofer de una empresa y en las tardes, manejando una moto para repartir pizzas en Santiago.

Hoy sus hermanos y sus más cercanos llevan una nueva lucha en tribunales y enfrentan la pérdida de expedientes y la lentitud de un proceso que reconocen, los hace revivir el dolor de ese fatídico 9 de julio. A días de las Fiestas Patrias, se suman a la campaña de la Fundación Emilia y asumen el compromiso vial de no conducir luego de haber consumido drogas o alcohol, esperando que con este mensaje nadie más deba llorar por la repentina pérdida de un ser querido.

“Sus hijos quieren tener vacaciones e ir a verlo al cielo”

Javiera (18 años), la hermana menor de Carlos, toma fuerzas para  iniciar esta entrevista y relatar lo que sucedió esa noche con su hermano, con quien compartía el lugar de trabajo. Relatar paso a paso lo que significa para ellos la repentina muerte de Carlos y lo que han debido enfrentar en la búsqueda de justicia le afecta, pero a la vez le da la valentía para exigir que el asesino pague con cárcel el haberle arrebatado a quien era “la alegría de la casa”.

“Él estaba trabajando como repartidor de pizza en San Bernardo y como a las 20:00 horas iba a dejar un pedido cuando ocurrió el accidente. Yo trabajaba con él en la misma pizzería cuando me llaman a mi celular y era una paramédico para avisarme que había tenido un accidente y que fuera rápido.

Todavía no lo asimilamos porque él era muy alegre… nos hacen falta sus tallas, realmente seguimos esperando que se abra la puerta y que vuelva.

Todo nos da impotencia porque en Fiscalía todo lo demora y hasta se les pierden los papeles del caso y lo que nosotros queremos es que quien lo atropelló no siga libre. Un primo lejano nos ha ayudado en los pasos que tenemos que seguir y también la gente de la Fundación Emilia que nos entiende en este dolor.

La persona que lo mató se fugó y hasta el día de hoy sigue libre, sin estar ni un solo día en la cárcel. Sabemos que la camioneta era robada, así que después del atropello, carabineros llegó hasta la dueña del vehículo y ella dijo que no había tenido nada que ver y ahí partió otra parte para nosotros porque hay muchas cosas que están confusas y al final, uno no sabe qué creer.

Imagine la pena que nos da que se viene el 18 de Septiembre y no lo vamos a tener para poder darle un abrazo, para reir y compartir con él. Sé que mi hermano no fue irresponsable y que no tuvo ninguna culpa, pero igualmente, le pido a todos los que van a salir que no conduzcan con alcohol, que sean responsables y no causen dolor.

«Es terrible escuchar a mis sobrinos y darnos cuenta de cómo les afecta no tener a su papá. El más pequeño, dice que quiere tener vacaciones y viajar al cielo para verlo y el más grande, todavía se pregunta por qué le tuvo que pasar esto a su papá si era bueno y joven. No sabemos cómo hacerlo porque cuando vamos al cementerio nuestros sobrinos no se quieren volver a la casa y quieren traerse a su papá… esto no se lo damos a nadie y es injusto que nosotros suframos a diario y la persona que lo mató esté tranquilo en su casa.»

He leído que han bajado las muertes con la Ley Emilia, pero uno como familiar sigue sintiendo que no es suficiente cuando realmente los que hacen mal su trabajo son los encargados de la justicia en tribunales y no estas instituciones.  Sólo podría pedir que ya no haya más muertes y que la gente sea responsable porque este dolor en vez de disminuir, sigue creciendo y no creo que nadie quiera eso para su familia”.

Andrés (30 años) es el hermano del medio y quien ha debido encabezar los trámites judiciales y lidiar con una justicia que califica como “lenta y donde parece que no les importa el sufrimiento de las familias”.

“Cuando enterramos a mi hermano, ya sabíamos gracias a testigos quien lo había matado. Es un delincuente y no sólo por el choque, sino que ya tenía delitos previos, tanto así que había salido en un reportaje de la televisión por la receptación de especies que hacía y esa es otra cosa que no entendemos porque él ya debería haber estado preso. Tenía un prontuario y nadie hizo nada.

La camioneta que él manejaba estaba encargada por robo desde el 2012, pero lo raro es que el TAC que estaba a nombre de la dueña del vehículo tenía todos sus papeles al día y eso nos hace pensar que hay una mano negra y que por eso todo el proceso del caso de Carlos se demora y se pierden papeles y pasamos una serie de irregularidades que no deberían ocurrir.

En lo judicial se han perdido declaraciones de 3 o 4 testigos que en su momento dieron todos los detalles de lo que habían visto, pero ahora, carabineros nos dice que esos papeles no están y eso es un retroceso porque podrían ser un aporte importante para detener al asesino. Nosotros hicimos toda una campaña por redes sociales para encontrar a los testigos y fue así que ellos nos dijeron que habían cumplido con el trámite y que le habían hablado todo lo que vieron a carabineros, pero ya no nos sirve porque lo perdieron. Es insólito.

«No me consta que ellos estén haciendo bien su trabajo y es terrible tener que revivir todo, pero seguiremos haciéndolo por él y por buscar justicia. Creo que nadie está preparado para tener que hacer estos trámites, nadie piensa que tendrá que llegar a donde un juez para que encarcelen a quien te quitó a tu hermano y tratamos de hacerlo de la mejor manera, pero la impotencia está viva.»

He pensado mucho en todo esto y en por qué debe haber una ley que te recuerde algo que es obvio, pero además, está la Ley Emilia que es muy importante e igual no la cumplen, igualmente uno como víctima tiene que ir y exigir que la apliquen y eso no es justo para nosotros.

No es lo mismo prepararse para la muerte de un ser querido a recibir esa llamada desgarradora. Yo estaba tomando once con su señora, sus dos hijos y mi mamá y cuando me enteré por teléfono no lo podía creer y pensé que era una broma. Tener que decirles que ya no estaría más es lo peor y más difícil que me ha pasado.

Mi mensaje para este 18 es apoyar lo que dice la Fundación Emilia: si vas a tomar, pide un taxi, pero no arriesgues tu vida y la de otros porque hay muchas cosas entretenidas en la vida, pero el alcohol y la conducción no se complementan. Disfrutemos estos días, pero no con dolor, porque siempre pensamos que no nos va a pasar a nosotros, pero sí puede suceder y ahí quedamos con la sensación que las cosas podrían haber sido distintas y causé una tragedia por mi irresponsabilidad”.

 

Fundación Emilia lamentó y catalogó de una vergüenza el fallo en el caso de Juana Ruiz y Karen Meza

En libertad con firma mensual por tres años y suspensión de licencia de conducir por 60 meses, quedó Oscar Aravena Arias, el conductor que terminó con la vida de Karen Meza y Juana Ruiz el pasado 21 de febrero cuando las atropelló en calle Molina con Avenida Errázuriz en Valparaíso.

El Imputado, que conducía bajo los efectos del alcohol (0,67 grs/lt), en la audiencia realizada la mañana de este miércoles 26 de agosto en el Tribunal de Garantía Porteño, pidió perdón a las familias y aceptó un juicio abreviado. El juez Daniel Zuñiga, consideró que Aravena colaboró con el proceso, determinando rebajar la pena, lo que para las familias de las víctimas fue una burla.

Sandra Ruiz, mamá de Juanita se mostró impotente con el fallo, el que catalogó como injusto “Nuevamente la justicia nos da una puñalada, con el perdón que supuestamente estaba pidiendo el imputado no me va a devolver a mi hija, yo no estoy solicitando dinero, yo quiero que el pague en la cárcel, para que a otra familia no le pase lo mismo y seamos precedentes, porque ya esta bueno de tantas muertes, y los irresponsables que asesinan los dejan libres y nosotros estamos muertos en vida.”

El abogado Guillermo Flores, representante de la familia Meza, explicó que se optó por un juicio abreviado “Lamentablemente el juez estimó que hubo una colaboración sustancial, lo que redujo la pena en tres años y el tramo no nos permitía tener una medida sustantiva de mayor intensidad como libertad vigilada por ejemplo, o en su defecto cumplimiento efectivo que como el tramo es hasta tres años, lo que corresponde es lo que se otorgó en esta audiencia.”

Por su parte Carolina Figueroa, Presidenta de la Fundación Emilia Silva Figueroa, reconoció estar preocupada por esta resolución del tribunal “conducir y beber es un delito y este tribunal no se da cuenta de eso, da una mala señal y nos dice que dos muertos y dos lesionados graves valen tres años de firma mensual y eso es una vergüenza”

La familia de Jorge Rojas y su lucha por un juicio oral

Jorge Rojas de 34 años regresaba a su casa luego de la universidad cuando fue atropellado por un conductor en estado de ebriedad, quien intentó darse a la fuga. A casi un año de su partida, su familia lucha día a día con el dolor, pero también con un sistema judicial que muestra falencias y que los hace sentir humillados y dejados de lado.

IMG-20150714-WA0009Este es el relato de Gonzalo, su hermano, quien junto al resto de la familia de Jorge han decidido compartir su historia buscando sensibilizar a todos quienes tienen en sus manos la decisión de no conducir un vehículo si se ha consumido alcohol o drogas, pensando no sólo en el bienestar propio, sino en las vidas que se pueden ver truncadas por una decisión errada.

«Jorge estaba en segundo año de Ingeniería Comercial en la Universidad y venía de vuelta a su casa después de haber estado todo el día estudiando. Era un día viernes 26 de septiembre del año pasado, cerca de las 22:30 horas. Estaba a pasos de llegar a la puerta de su condominio cuando por la espalda lo atropelló un tipo que iba en estado de ebriedad, paso por arriba de mi hermano, lo deja tirado en el suelo y se dio a la fuga.

Esta persona, Juan Pablo Leiva, siguió zigzagueando y no se detuvo, intentó escapar, pero afortunadamente lo interceptaron otros peatones después que chocó con las señaléticas de la cuadra y hasta con la puerta del condominio de mi hermano. Las personas que iban pasando primero lo intentaron ayudar porque no sabían que había dejado a una persona tirada en la calle casi muerta.

Él no acepta esto y acelera, se escapa y después nos informaron que dejó tirada la camioneta y siguió arrancando a pie hasta que es ubicado por carabineros y lo detienen. Luego que él se da a la fuga, ahí recién la gente se da cuenta que mi hermano estaba en el suelo inconsciente.

Cuando ya pasamos todo el doloroso y terrible proceso de los funerales de mi hermano, ahí nos hicimos cargo de saber qué pasaba con este hombre que lo había matado y fuimos a la Fiscalía para pedir más información. En ningún momento tuvimos un contacto directo con él o su familia hasta la primera audiencia, cuando solo tuvimos contacto visual con ellos, pero en ningún momento, hasta el día de hoy, nunca se han acercado para darnos una palabra de aliento, alguna disculpa.

En una de las audiencias incluso, su mamá en su desesperación nos atacó y nos trató de mentirosos y que estábamos manipulando la información para que él estuviera preso lo que no es así y que claro, nos revivió el dolor.

«Esta la memoria de mi hermano de por medio y el deseo que esto no le pase a nadie más»

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Por un lado, tenemos la pena y todos los sentimientos que involucran haber perdido a mi hermano, y por otra, tenemos que lidiar con todo lo que está pasando con su caso en la Fiscalía de San Bernardo porque creemos que la pega no la están haciendo como corresponde. Reiteradamente hemos tenido cambios repentinos; las audiencias las fijan, pero luego las cambian o se suspenden en el mismo momento por falta de datos o por imprecisiones que no son de nuestra responsabilidad. No podemos entender, por ejemplo, que se vaya a cumplir un año del atropello y que todavía no llamen a los testigos para declarar.

Juan Pablo fue formalizado en un inicio por atropello con causa de muerte y también por abandono del lugar sin prestar ayuda a la víctima, pero la Fiscalía en el verano nos mandó un correo a nuestro abogado explicando que la idea es que no fuera juzgado por estos dos delitos, sino que tuvieran juicio abreviado, pero nosotros no aceptamos porque está la memoria de mi hermano de por medio y el deseo que esto no le pase a nadie más.

Las diligencias no se han hecho como corresponde y eso es terrible. Hicimos un alegato a la Fiscalía regional y afortunadamente nos escucharon y tuvimos que hacer un sinfín de trámites, pero esperamos que ahora sí las cosas vayan por buen camino ya que ahora sí se pidió un certificado geográfico del lugar, se llamarán a los testigos y se pidió un nuevo informe de la SIAT porque el que había anteriormente era muy vago, muy básico y al solicitar este nuevo informe, lo que buscamos es que estén todas las pruebas.

Como familia no solo nos sentimos desamparados, sino que humillados porque no tienen otro nombre ir a una audiencia cuando es uno el afectado y sentir que tiene más apoyo el culpable que nosotros y se nos pasa a llevar en cada instancia a la que debemos ir.

Para nuestra madre es tan difícil todo esto, pues ella debe escuchar que Jorge se le tilda casi como culpable por ir caminando por ahí y se minimiza lo que hizo quien lo atropelló, que además iba con alcohol y pareciera que eso no le importa a nadie más que a nosotros.

Ahora que por estas circunstancias estamos dentro de este sistema, vemos que todo se debe a un mal funcionamiento de la Fiscalía, hay un mal trabajo que no se quiere reconocer como tal y que termina por revictimizarnos. Cuando tú no buscas este destino, pero finalmente te haces parte por culpa de un irresponsable, ahí recién se entienden muchas cosas y logras procesar lo que ves tan lejano en las noticias.

Jorge era una persona maravillosa, muy prudente y responsable, por eso nunca me imaginé que esto le podía pasar, porque uno cree sólo le puede pasar a alguien que andaba carreteando, que andaba con trago y que no le importa nada, pero no a él que venía de estudiar y que quería llegar a estar con su familia en casa.

Es todo tan complejo, porque no terminamos por asumir que ya no tendremos a nuestro hermano y debemos enfrentarnos a esto. Es algo que debemos sobrellevar día a día como un proceso muy duro. Ahora empatizamos cuando vemos a toda esa gente que está al igual que nosotros buscando respuestas y justicia y lucha, pero también se cansan.

Hoy hay una ley que dice que no podemos manejar con alcohol, por muy mínimo que sea lo que se bebe, pero pareciera que igual hay que reforzar el mensaje y entender que tenemos que ser responsables de nuestras acciones porque no solo dañamos a nuestra familia, sino que a inocentes. No es justo que si yo me cuido y soy responsable, venga otro y me mate y deje a tantos con este dolor que se lleva a diario y que no disminuye, sino que aumenta.

La solidaridad y el ser “buen amigo” está mal entendido y a eso quiero apelar también. Si salimos a carretear, por favor, no dejemos que esa persona que bebió tome un auto y se vaya manejando… ahora que soy parte de estas víctimas indirectas y comparto el dolor entiendo que somos parte de un todo y que todos estamos llamados a cambiar esta triste realidad.

Según cifras de Carabineros de Chile, durante el año 2014, 1630 personas fallecieron en accidentes de tránsito, de las cuales, 597 perdieron la vida en atropellos. 

La Fundación Emilia Silva Figueroa, Víctimas de Accidentes, otorga a las familias de las víctimas y a quienes han sido afectados por delitos causados por la ingesta de alcohol o drogas el apoyo psicológico y legal necesario para enfrentar el día a día. Desafortunadamente, este tipo de delitos siguen ocurriendo en Chile a pesar de la existencia de la Ley Emilia y de las campañas educativas, de ahí que sea fundamental el llamado al autocuidado, a la responsabilidad y al respeto a la vida del otro sin por esto pasar a llevar las libertades individuales, sino que contribuyendo a la formación de una ciudadanía activa y responsable.

Familia de abuelito rayuelero pide que su muerte no sea en vano y el culpable pague su responsabilidad por no prestar ayuda.

florindo acevedo acevedoFlorindo del Carmen Acevedo Acevedo, tenia 79 años de edad cuando fue atropellado y su vida terminó de forma dramática.

Conocido rayuelero de San Antonio, se ganaba la vida vendiendo ensaladas a las afueras de un supermercado de la comuna. El mayor de 9 hermanos, es recordado por su sobrino como el tío patrón de fundo, el que daba ordenes, el que las sobrinas debían pedir permiso si querían pololear. Un hombre conocido por ser honrado y tranquilo”.

Eliseo Acevedo, hijo de una de las hermanas de Florindo es quien representa a la familia, recuerda que esa madrugada del 1 de mayo, su tío como era costumbre había ido a compartir con sus compañeros del Club “Ferroviario de Rayuela”, fue cerca de las 4 de la madrugada que se retiro del lugar, “debe haber esperado más de una hora locomoción, fue cuando vio la luz de la camioneta, nosotros suponemos pensó era un colectivo, cuando fue a cruzar la calle, se tropezó y cayo, ahí la camioneta lo atropello, el sujeto se bajo lo vio y luego se subió al vehículo y se fue dejándolo solo, hay imágenes que lo comprueban”.

Para la familia de Florindo el proceso judicial no estuvo bien desde un principio, “quien lo atropello fue Aldo Rojas Hernández, dueño de un pub y conocido en San Antonio, el tipo dejo a mi tío solo, sin prestar ayuda y no se entrego hasta las 3 de la tarde junto con su abogado a la PDI, recién a las 5 le hicieron un alcoholemia la que arrojo cero, 11 horas después de ocurrido el accidente”.

El julio se realizó una audiencia donde las medidas cautelares del imputado cambiaron de arresto domiciliario a arresto nocturno desde las 22 hrs a las 6 de la mañana, algo con lo que la familia Acevedo no esta conforme. En los próximos días de agosto se decidirá si se realiza un juicio abreviado o no “según nuestros abogados no nos conviene porque todo será más rápido y no se investigaran todas las pruebas que tenemos”.

Florindo es la primera víctima en la provincia de San Antonio, que fallece bajo el alero de la ley Emilia y su familia sólo quiere que su muerte no sea en vano y se haga justicia, “sentimos que las cosas están arregladas en tribunales y el tipo saldrá libre”.

 

Convocatoria: Marcha Cochetón

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La Agrupación «Madres Organizadas» convoca a una Marcha por el Derecho de los infantes para trasladarse de forma segura en el transporte público, actividad a la que asistirá como organización invitada Fundación Emilia Silva Figueroa.

Esta marcha busca visibilizar la inseguridad a la cual son expuestos a diario los mas pequeños en el transporte público, considerando elementos como por ejemplo el uso de coches y su dificultad de utilizarlos, sumado a la ausencia de sistemas de retención infantil y la falta de una normativa que regule esto.

Cabe señalar que tanto organizaciones internacionales como la OMS, y nacionales como la Comisión Nacional de Seguridad de Tránsito se han pronunciado respecto a la importancia del traslado seguro de los menores en el transporte público y privado.

“Madres Organizadas” hace un llamado a las autoridades de gobierno para que escuchen estas demandas y se legisle para que el traslado de los integrantes más pequeños de nuestras familias sea cómodo, pero por sobretodo, seguro.

 Día: Sábado 01 de Agosto

Horario: 14:00 horas

Lugar: Plaza Italia, Santiago .

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