“Yo lo perdoné, pero vivo con el temor a que cause más muertes y dolor”

Verónica Reyes Riquelme, de 53 años sufrió un vuelco en su vida en mayo del año 2014. Un crimen vial, causado por un joven en estado de ebriedad que chocó el auto en el que viajaba junto a otras dos personas, no sólo le arrebató a su gran amigo, sino que la dejó con hemiplejia y requiriendo de la ayuda de terceros hasta para las tareas más simples.

Su trabajo como una reconocida orfebre y su diario vivir como una mujer alegre y dinámica se truncó. Los informes médicos indican que Verónica quedó con 2/3 de discapacidad, lo que le impide volver a trabajar. Este lapidario diagnóstico se suma a las dolorosas y costosas terapias de rehabilitación, mientras el culpable, un joven universitario, sólo recibió como castigo la suspensión de su licencia de conducir de por vida.

“Yo lo perdoné, pero vivo con el temor a que cause más muertes y dolor”

“La noche del 1 de mayo del 2014, pasadas las 04 am,  íbamos en un auto con mi amigo Carlos González  (43 años)  y mi ex pareja Gustavo Mora transitando por Eliodoro Yàñez con Los Leones en Santiago cuando se nos cruzó un auto a toda velocidad donde iban dos hombres jóvenes, el conductor era Andrés Goycoolea (20 años). Yo viajaba de copiloto y como el choque fue a un costado, quedé muy mal herida y quedé inconsciente.

Estos dos jovencitos venían de una fiesta e iban ebrios, borrachos y eso que eran estudiantes de la Universidad que uno podría pensar que son más conscientes, pero no, esa noche manejaron así de borrachos y  mi amigo Carlos sólo resistió 12 días  a todas esas lesiones y luego murió.

Después del choque,  me llevaron al hospital El Salvador y después fui trasladada por mi familia a la Clínica Alemana. Cuando llegué allí mi diagnóstico era la muerte casi segura por un politraumatismo con traumatismo encefalocraneano. No morí, pero por el infarto cerebral y las lesiones quedé con problemas hasta ahora y que son difíciles de sanar, yo no sé si algún día podré recuperarme. Fue todo tan terrible que debieron abrir mi cabeza y sacar huesos para descomprimirme.

Estuve hospitalizada por tres meses y dos semanas en la UCI y ahora mi recuperación es en casa.  Además de mis lesiones y secuelas donde necesito ayuda para casi todo, estoy con psicólogo y kinesiólogo y terapeuta ocupacional para tratar de recuperar mi vida, pero ha sido todo muy difícil y doloroso no sólo para mí sino que para mi familia que ven la diferencia entre quien yo era y quien soy ahora con esta hemiplejia del lado izquierdo.

2014-06-13 11.02.04

La justicia ha sido mala e injusta con nosotras y con muchos otros casos. No hay avances y cada fin de semana hay más y más noticias de este tipo. Yo esperaba que a él lo metieran preso por asesino y por todo lo que nos arrebató. Tengo pena y rabia porque cada vez que veo eso en la televisión recuerdo lo que nos pasó y que me dejó sin  poder caminar, sin poder mover la mitad de mi cuerpo y necesitando ayuda para casi todo

Nunca hubo una petición de disculpas o perdón de parte del conductor ni de su acompañante ni para mí ni para la familia de mi amigo, pero a pesar de todo lo que he pasado, yo ya lo perdoné.

1393712_537333529690702_1815975515_n«Los costos emocionales han sido altísimos y los financieros también y en nada de eso hemos tenido ayuda. Yo ya no puedo trabajar más… imagine lo que duele si soy orfebre, yo creo con mis manos y eso ya no lo podré volver a hacer por culpa de otra persona».

Mi mamá debió venirse desde Uruguay  y dejar todo botado allá para cuidarme y además, tuvimos que ver una cuidadora porque lo que antes hacía, ya no puedo hacerlo por mi cuenta.

Es una excelente labor la que se realiza con la Fundación Emilia y con otras organizaciones porque nos ayudan a que los sobrevivientes no quedemos desamparados y nos acompañan en buscar justicia y darnos algo de tranquilidad, porque por lo menos yo, sigo pensando que esta persona puede volver a cometer un crimen como este porque no hubo un castigo justo, solo le quitaron la licencia de por vida, pero no era suficiente. Es penoso que los ebrios no tomen consciencia, pero es peor que no haya un castigo social y que se  justifique que alguien maneje con trago.

Cada noche tengo miedo, cada vez que alguien de mi familia sale, tengo miedo de que los vayan a chocar, que los vayan a atropellar y que les pase lo que me pasó a mí porque aunque ellos sean responsables, hay gente en la calle que no lo es y que te trunca la vida como lo hizo este  muchacho conmigo. Yo lo perdoné, pero no sé si volverá a manejar y matar a alguien más».

 Ver  Informe Medico Verónica Reyes Junio 2014  emitido por la Clínica Alemana

IMG-20141026-WA0000


© 2023 Copyright Fundación Emilia. Desarrollado por Agencia La Firma.